Muchas felicidades, María y disfruta de tu premio.
Lo despertaron los tenues rayos de sol que entraban por la ventana, se desperezó lentamente y recordó la noche anterior. Había sido una velada de muchas y grandes emociones, se produjeron encuentros esperados pero también encuentros inesperados. ¡Había miembros de su familia de los que ni siquiera había oído hablar nunca!
Es que días antes Alejandro habló con su primo Juan Pedro y él le contó que un día aburrido puso en facebook su apellido "Corrales y encontró más de 30 familiares en distintos lugares de Europa. Alejandro se quedó impresionado y le dijo a su primoque intentara contactar con ellos para invitarles el 24 de diciembre a su casa para pasar la Nochebuena todos juntos y conocerse. Por desgracia Juan Pedro sólo pudo contactar con sus primas Alejandra y Yolanda de Albacete, a sus tíos abuelos Aitana y Jose Luis y sus hijos que se llamaban Imanol y Maialen. Cuando Juan Pedro le contó eso a Alejandro se decepcionó un poco, pero se conformó, porque al menos contactó con algunos. Todos los que pudo contactar vinieron a la cena, ¡eso fue estupendo!
Alejandro se puso contentísimo. Todos estuvieron contando anécdotas de por qué vivían tan lejos. Contaron que sus bisabuelos y abuelo eran los trapecistas de un circo llamado "Alegría para el mundo" y que ellos, como no quisieron formar parte de ese circo, se quedaron donde nacieron. Ellos querían tener un sitio fijo donde vivir y sacarse sus estudios. Y así fue como, poco a poco, el circo "Alegría por el mundo" desapareció. Alejandro, muy atento a todas las anécdotas, se dijo a sí mismo: "No entiendo por qué yo nunca supe nada de ese circo". Dio la casualidad que su tía abuela Loli empezó a contar que él nunca supo de se circo ni de ellos porque cuando su madre estaba embarazada de él decidió que nunca jamás quería tener relación con ellos, no quería formar parte de una familia que iba de aquí para allá, por eso fue con su padre muy lejos de ellos, para que él no supiera nunca de esa familia, porque ella siempre se avergonzó de ellos y aún no entendía el por qué.
Todos decidieron dejar de hablar de esos temas tan tristes en una noche tan bonita. A los dos minutos esa cena se hizo muy divertida, los tíos abuelos se pusieron a hacer malabares con naranjas. Los hijos se pusieron a hacer cosas graciosas de contorsionismo y los primos se pusieron a imitar a payasos. Para que Alejandro sintiera un poco del circo del que nunca escuchó hablar. Pero de pronto, ¡toc, toc! (llaman a la puerta) era el primo Juan Pedro disfrazado de Papá Noel. Tenía un pequeño saco de regalos para todos, para que se llevaran un recuerdo de esa noche inolvidable. Todos muy contentos cogieron los regalos, pero llegó la hora de irse, ninguno quería pero se tenían que ir, tenían que volver a sus casas. Todos ya en la puerta se dieron los números de teléfono para no perder el contacto.
Cada uno siguió su camino pero al cabo de dos años el circo "Alegría por el mundo" se volvió a formar, volvieron a ir de ciudad en ciudad, regalando alegría y formando sonrisas a mayores y pequeños.
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